MUY ESCASA EDICION NUMERADA POR UNO DE LOS MAS VALORADOS EXPERTOS EN LA OBRA DE GOYA
Enrique Lafuente Ferrari (Madrid, 1898 - Cercedilla, 1985) fue un historiador del arte español, especializado en la pintura española, fundamentalmente en Velázquez, Goya y Zuloaga.Estudió filosofía pura e historia. Durante el doctorado entró en contacto con los historiadores del arte Elías Tormo y Manuel Gómez-Moreno, de quienes se consideró discípulo; también mantuvo contacto con Claudio Sánchez Albornoz, Antonio Ballesteros Beretta y José Ortega y Gasset. Sus influencias fuera de España en el campo de la historia del arte fueron los alemanes Werner Weisbach y Erwin Panofsky. Desde 1928 se vinculó al Museo del Prado (como catalogador), y al gabinete de estampas de la Biblioteca Nacional.En 1932, como profesor auxiliar de Historia del Arte, participó en el crucero por el Mediterráneo organizado por Manuel García Morente. Su amistad con Julián Marías le proporcionó la oportunidad de enseñar en universidades norteamericanas desde 1952.Llegó a ser catedrático de la Universidad Complutense y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Pintor y grabador español considerado uno de los grandes maestros de la pintura de su país. Marcado por la obra de Velázquez, habría de influir, a su vez, en Edouard Manet, Pablo Picasso y gran parte de la pintura contemporánea. Formado en un ambiente artístico rococó, evolucionó a un estilo personal y creó obras que, como la famosa El 3 de mayo de 1808, los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío (1814, Museo del Prado, Madrid), siguen causando, hoy día, el mismo impacto que en el momento en que fueron realizadas. Goya nació en la pequeña localidad aragonesa de Fuendetodos (cerca de Zaragoza) el 30 de marzo de 1746. Su padre era pintor y dorador de retablos y su madre descendía de una familia de la pequeña nobleza de Aragón. Poco se sabe de su niñez. Asistió a las Escuelas Pías de Zaragoza y comenzó su formación artística a los 14 años, momento en el que entró como aprendiz en el taller de José Luzán, pintor local competente aunque poco conocido, donde Goya pasó cuatro años. En 1763 el joven artista viajó a Madrid, donde esperaba ganar un premio en la Academia de San Fernando (fundada en 1752). Aunque no consiguió el premio deseado, hizo amistad con otro artista aragonés, Francisco Bayeu, pintor de la corte que trabajaba en el estilo académico introducido en España por el pintor alemán Anton Raphael Mengs. Bayeu (con cuya hermana, Josefa, habría de casarse Goya más adelante) tuvo una enorme influencia en la formación temprana de Goya y a él se debe que participara en un encargo importante, los frescos de la iglesia de la Virgen del Pilar en Zaragoza (1771, 1780-1782), y que se instalara más tarde en la corte. En 1771 fue a Italia donde pasó aproximadamente un año. Su actividad durante esa época es relativamente desconocida, se sabe que pasó algunos meses en Roma y también que participó en un concurso de la Academia de Parma en el que logró una mención. A su vuelta a España, alrededor de 1773, se presentó a varios proyectos para la realización de frescos, entre ellos el de la Cartuja de Aula Dei, cerca de Zaragoza, en 1774, donde sus pinturas prefiguran las de sus mejores frescos realizados en la iglesia de San Antonio de la Florida en Madrid, en 1798, fecha en la que comenzó a hacer grabados partiendo de la obra de Velázquez que, junto con la de Rembrandt, sería fuente de inspiración durante toda su vida.
En 1789 Goya fue nombrado pintor de cámara por Carlos IV y en 1799 ascendió a primer pintor de cámara, decisión que le convirtió en el pintor oficial de Palacio. Goya disfrutó de una posición especial en la corte, hecho que determinó que el Museo del Prado de Madrid heredara una parte muy importante de sus obras, entre las que se incluyen los retratos oficiales y los cuadros de historia. Éstos últimos se basan en su experiencia personal de la guerra y trascienden la representación patriótica y heroica para crear una salvaje denuncia de la crueldad humana. Los cartones para tapices que realizó a finales de la década de 1780 y comienzos de la de 1790 fueron muy apreciados por la visión fresca y amable que ofrecen de la vida cotidiana española. Con ellos revolucionó la industria del tapiz que, hasta ese momento, se había limitado a reproducir fielmente las escenas del pintor flamenco del siglo XVII David Teniers. Algunos de los retratos más hermosos que realizó de sus amigos, de personajes de la corte y de la nobleza datan de la década de 1780. Obras como Carlos III de cazador (1786-1788), Los duques de Osuna y sus hijos (1788) ambos en el Museo del Prado de Madrid, o el cuadro la Marquesa de Pontejos (c. 1786, Galería Nacional, Washington) demuestran que en esa época pintaba con un estilo elegante, que en cierto modo recuerda al de su contemporáneo inglés Thomas Gainsborough. Dos de sus cuadros más famosos, obras maestras del Prado, son, La maja desnuda (1800-1803) y La maja vestida (1800-1803). En el invierno de 1792, en una visita al sur de España, Goya contrajo una grave enfermedad que le dejó totalmente sordo y marcó un punto de inflexión en su expresión artística. Entre 1797 y 1799 dibujó y grabó al aguafuerte la primera de sus grandes series de grabados, Los caprichos, en los que, con profunda ironía, satiriza los defectos sociales y las supersticiones de la época. Series posteriores, como los Desastres de la guerra (1810) y los Disparates (1820-1823), presentan comentarios aún más cáusticos sobre los males y locuras de la humanidad.
ESPECTACULAR COLECCION DE 23 LAMINAS INVENTADAS Y GRABADAS AL AGUAFUERTE POR FRANCISCO DE GOYA EN UN ESCASO EJEMPLAR NUMERADO (245 DE 720) CON INTRODUCCION Y CATALOGO DE ENRIQUE LAFUENTE FERRARI
En un gran volumen de 38 cm en gran folio apaisado
1982
LAS LITOGRAFAIS DE GOYA
EDITORIAL GUSTAVO GILI, BARCELONA
Encuadernación original en tela editorial ilustrada y grabada en estado usado algo sucia y desvaida. Interior correcto con esplendido papel grueso y de calidad.
GRAN TAMAÑO
medidas 380 x 80 mm